Fe, devoción, arte, una manera de ser, sentir y vivir la religiosidad popular. Así podríamos explicar qué es en Andalucía la figura de la Virgen María. Decía Salvador Rodríguez Becerra en su trabajo sobre las Advocaciones Marianas de Gloria en Andalucía que «no es tópico denominar a esta región como la tierra de María Santísima». Y no se equivocaba.
Tenemos en mayo el momento ideal para hablar sobre la presencia en la cultura andaluza de la Virgen, presente en todos los ámbitos, no solamente en el eclesiástico, donde encontramos numerosas imágenes de María e infinitas advocaciones que han levantado devoción y pasión por partes iguales entre los fieles. También en los elementos más sencillos del día a día. Un bar, una calle, un almanaque, una estampa en la cartera, etc. Está presente en cada uno de nosotros, una devoción que ha ganado protagonismo también en las últimas décadas gracias a las herramientas tecnológicas de las que nos valemos para hacer llegar nuestras imágenes y tradiciones a todos los rincones del mundo. Pero la historia de Andalucía con la Virgen María se remonta muchos siglos atrás.
En Andalucía la presencia de la virgen María es tan notoria, que no es tópico denominar a esta región «tierra de María Santísima».
Salvador Rodríguez Becerra
Fue con la reconquista cuando la devoción a la virgen María alcanza unos niveles que no habían adquirido ninguno de los santos del cristianismo anteriormente. Entonces, como medida para convertir al cristianismo a una tierra que durante tantos siglos había sido musulmana, la geografía tanto rural como urbana de Andalucía se pobló de parroquias y ermitas dedicadas a la Virgen. Este proceso se realizó también en el norte de España, pero sorprende el gran número de lugares sagrados que se dedicaron a María en Andalucía y otras regiones de la mitad sur de España como Extremadura, Murcia o el sur de Castilla La Mancha.
Estas ermitas y parroquias, fundadas en los primeros años después de la Reconquista, tuvieron su auge gracias a las órdenes religiosas, que dieron esplendor a estos lugares gracias, en parte, a las imágenes de la Virgen. La advocación del Carmen difundida por los Carmelitas, la Inmaculada Concepción por franciscanos y jesuitas, la del Rosario por los dominicos, incluso los Reyes Católicos con la Virgen de la Encarnación con gran presencia en Granada. Esto explica el amplio número de advocaciones e imágenes marianas que proliferaron en Andalucía en aquellos siglos. Se estaba gestando una devoción inmensa, que superaría siglos más tarde las barreras geográficas, extendiéndose en muchos casos por todo el mundo.

A partir de entonces, la devoción creciente propició que numerosas iglesias, parroquias, ermitas, etc., estuvieran dedicada a la figura de la virgen. Muchas de ellas sustentadas por leyendas que explican el lugar en el que se encuentran, como pasa con la Virgen del Rocío, la romería que congrega al mayor número de peregrinos en la actualidad. Antes de ella también tenemos ejemplos como la Virgen de Gracia de Carmona o la Virgen de Consolación de Utrera. Las diferentes circunstancias históricas hicieron que esas romerías cayeran en el olvido, pero siguieron teniendo una gran afluencia de fieles de la localidad en la que se encuentran. Han podido pasar años y años, pero la imagen de María sigue siendo la figura principal en la que los andaluces fijan sus ojos para rezar, la gran devoción de esta tierra.
Se consiguió, tanto en las imágenes marianas que residen en ermitas y reciben culto en romerías, como en las hermandades de penitencia, que esta figura quedará ligada a un barrio, una localidad, una región. De esta manera, la devoción por la virgen María ha ido creciendo exponencialmente a lo largo de la historia en la tierra andaluza, llegando a ser el principal referente religioso de nuestra comunidad.

Siglos de historia, presencia perpetua de la virgen. El ejemplo más claro de la devoción que esta tierra tiene a la madre de Dios fue cuando Sevilla se convirtió en la primera ciudad cristiana en abrazar el dogma de la Inmaculada Concepción, solicitando al Papa Paulo V que se promulgara dicho dogma, un anhelo que tenía la ciudad desde el siglo XIII. Por todo ello, por toda la historia que tiene detrás la fe en Andalucía y la virgen, sí, esta es la tierra de María Santísima.